Si bien es sabido por aquellas personas que en algún momento
tuvieron la oportunidad de comprar o adoptar un pequeño cachorro, la emoción que
puede ocasionar tal situación.
Imaginemos una casa con niños y la primera impresión que tienen
al ver un nuevo integrante de la familia. Se trata de un perro pequeño, con un
rostro bello e inocente, bien acicalado y con ganas de ser apapachado. Un nuevo
amigo que nos acompañara y nos alegrara la vida.
La enorme responsabilidad que
este nuevo amigo nos dará. Adoptar un
perro no es lo mismo que comprar un aparato de uso cualquiera, es un ser VIVO,
una situación más seria, misma para la cual debes estar preparado a tomar.
Cuando se adopta un perro lo primero que debes de consensar es
el reparto de las obligaciones por cada miembro de la familia. Tener un perro
es como si tuvieras un pequeño bebe en casa, ensucia, suelta su baba, se
despeluza, cuando come saca el alimento de su traste, ensucia el suelo, cuando
se moja tiene un olor penetrante, no importa la raza o el tamaño, las obligaciones
y trabajo son las mismas. Si te interesa un perro ten en cuenta seriamente que
raza se ajusta más a tu disposición.
Supongamos que en la familia ya decidieron adoptar un nuevo
amigo.
¿Cómo nos dividimos las tareas?, si tus hijos tienen suficiente edad
para sacarlo a pasear, pues comienza a delegar esas responsabilidades en
horarios adecuados, que el recorrido sea especifico.
¿A quién le toca bañarlo?,
otro actividad necesaria para tu amigo. ¿Y en la hora de la comida?, tener un
perro acarrea mayor responsabilidades por lo cual no es un juego ni mucho una decisión
a la ligera.
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